DAÑOS QUE OCASIONA LA INDUSTRIA DE LOS COSMÉTICOS AL AMBIENTE Y A LA SALUD

En la investigación cosmética se llevan a cabo dolorosos experimentos en cientos de miles de animales cada año, incluyendo conejos, ratas, ratones y otros. Estas pruebas incluyen la irritación de la piel o de los ojos, la sensibilización de la piel (alergias), toxicidad, mutagenicidad o daño genético, teratógeno o defectos de nacimiento, carcinogenicidad, toxico cinética (para estudiar la absorción, metabolización, distribución y excreción de las sustancias químicas), entre otras.
Los animales son obligados a inhalar lacas para el cabello, o su piel y sus ojos son rociados con sustancias volátiles e incluso se introduce a presión a sus estómagos pastas de dientes, champús o espuma de afeitar, causándoles gran sufrimiento.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), trece millones de muertes cada año se producen por causas ambientales evitables. Si estuviéramos previniendo muchos de los riesgos ambientales que en gran medida ya conocemos, se podrían salvar –solamente en niños- hasta cuatro millones de muertes, fundamentalmente en países en desarrollo.
Hablamos de contaminación del agua, del aire y del suelo por la utilización de químicos (como los orgánicos persistentes, el metilmercurio, los bienios poli clorados o los metales pesados), que escalan la cadena trófica y terminan por dañar a la salud humana.
Y, bueno, particularizando en los cientos de miles de establecimientos mercantiles dedicados a la belleza (salones y estéticas), éstos tienen también un fuerte impacto sobre el medio ambiente no sólo por actividades que requieren de un elevado uso de energía eléctrica y de agua; también, por la generación de residuos peligrosos (vertidos al drenaje, tóxicos y sanitarios) y emisiones a la atmósfera (aerosoles).
 En la Unión Europea, de manera particular, el alto grado de conciencia de la ciudadanía sobre el cuidado del medio ambiente, ha obligado a este tipo de negocios a la utilización de productos certificados (tintes, lacas, etc.) y a la implementación de sistemas de ahorro de agua, de eficiencia energética y manejo integral de residuos.
El estudio  realizado por los científicos  Cyndee Gruden y Olga Mileyeva-Biebesheimer, revela que las nano partículas que se añade en la actualidad a los cosméticos, cremas y otros productos para el cuidado personal, pueden ser perjudiciales para el medio ambiente al afectar negativamente a bacterias que son necesarias para la vida.

Sin embargo, existe una solución y ejemplo de ello: Natura. Ésta es la primera empresa en Brasil, dentro la industria cosmética, en lanzar al mercado los repuestos para sus productos.

Estos ofrecen al consumidor la oportunidad de reponer un producto, de la misma cantidad y calidad que el producto original, a un menor costo y con empaques que promueven el cuidado ambiental, a través del consumo consciente.

Natura busca reducir el impacto ambiental generado por la producción de empaques regulares al producir los repuestos con materiales 100% reciclables y con un precio más accesible para el consumidor, ya que estos tienen un costo 20% menor a un producto regular
 
Una de las principales vertientes en innovación, es el uso de plástico verde en los repuestos de las líneas como Ekos, Erva Doce y Sève. Este plástico verdees producido a través de una fuente 100% renovable con tecnología brasileña, por la empresa Braskem, a partir del etanol de la caña de azúcar.

El plástico elaborado a partir de esta fuente genera 84% menos de los gases causantes del efecto invernadero, comparado con los plásticos elaborados con materiales petroquímicos como la gasolina o el petróleo.



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